Rev Cubana Pediatr. 2015;87(4)
ARTÍCULO ORIGINAL
Estilos de vida en adolescentes escolarizados de un municipio colombiano
Lifestyles of school adolescents in a Colombian municipality
Dra. Consuelo Vélez Álvarez, MSc. Diana Paola Betancurth Loaiza
Facultad de Ciencias para la Salud. Universidad de Caldas. Manizales, Colombia.
RESUMEN
Introducción:
los estudios sobre hábitos y estilos de vida saludables incluyen diferentes
dimensiones de la vida humana.
Objetivo: establecer estilos de vida
de adolescentes escolarizados residentes en la zona urbana del municipio de Villamaría
(Caldas-Colombia).
Métodos: estudio descriptivo transversal, en
el que se empleó el instrumento FANTÁSTICO, versión chilena
adaptada para la población de estudio (812 estudiantes de instituciones
públicas y privadas), que evalúa 10 dimensiones de los estilos de
vida: asociatividad, actividad física, nutrición, toxicidad, alcohol,
sueño y estrés, tipo de personalidad y actividades, imagen interior,
control de la salud y sexualidad y orden.
Resultados: la media de la edad fue
12,5 años ± 1,16 años, y el 41,6 % de la población estudiada
fue de sexo femenino. En las dimensiones analizadas la media más alta se
registró en tipo de personalidad y actividades 5,67 ± 1,36 y la más
baja en asociatividad y actividad física 2,26 ± 1,2. La desviación
estándar de las dimensiones osciló entre 0,83 y 1,36. Se encontraron
diferencias en los estilos de vida, a mayor edad más tendencia al riesgo,
los hombres reportaron mejor valoración de los mismos (p= 0,000).
Conclusiones:
los estilos de vida en los adolescentes estudiados se valoran como adecuados.
Existe la necesidad de un trabajo integral sobre factores protectores más
que de riesgo, en las etapas tempranas, sobre todo la afectividad como una dimensión
soslayada en el campo de la salud adolescente.
Palabras clave: adolescentes, estilo de vida, promoción de la salud, salud.
ABSTRACT
Introduction:
the studies on healthy lifestyles and habits cover various human life dimensions.
Objective: to identify lifestyles of school adolescents living in the urban
area of Villamaria municipality in Caldas, Colombia.
Methods: descriptive
and cross-sectional study carried out with FANTASTIC instrument which is the Chilean
version adapted to the study population that includes 812 students from public
and private educational centers. This instrument evaluates 10 lifestyle dimensions:
associativity, physical activity, nutrition, toxicity, alcohol consumption, sleep
and stress, type of personality and activities, self-image, health and sexuality
control and order.
Results: the age mean was 12.5 years±1.16
years and 41.6 % of the group was females. In the analyzed dimensions, the highest
mean was reached by type of personality and activities (5.67±1.36) whereas
the lowest went to associativity and physical activity (2.26±1.2). Standard
deviation ranged 0.83 to 1.36. There were differences in lifestyles, the more
age the more tendency to risk and men reported better self-assessment (p=
0.000).
Conclusions: lifestyles of the
studied adolescents are assessed as adequate. It is necessary to carry out a comprehensive
work on the protective factors rather than on risk factors at early stages, mainly
affectivity as an avoided dimension in the field of health at adolescence.
Keywords: adolescents, lifestyle, health promotion, health.
INTRODUCCIÓN
Los estudios locales sobre hábitos y estilos de vida saludables representan un campo de interés especialmente en la etapa de la pre-adolescencia y adolescencia inicial. La clasificación de la OPS-OMS define la pre-adolescencia según los rangos de edad siguientes: en mujeres, de 9 a 12 años; y en varones, de 10 a 13 años; y la adolescencia inicial incluye mujeres de 12 a 14 años y varones de 13 a 15 años.1
La adolescencia es una etapa del ciclo vital caracterizada por profundos cambios en el nivel biológico, emocional e intelectual; es un periodo de consolidación de las propias competencias frente al mundo, la autonomía, la realidad y el entorno social, a través de un proceso de constante adaptación y ajustes entre sus recursos personales y los intercambios con los otros.2
El fortalecimiento de los factores protectores en la fase inicial de la adolescencia facilita el logro de una salud integral, que fomenta el desarrollo del joven como persona y como integrante de un grupo, pues la forma en que las personas experimenten esta etapa influirá en la consolidación de patrones comportamentales que podrían afectarles por el resto de sus vidas.3,4 En este sentido, para promover efectivamente la salud en la pre-adolescencia y adolescencia inicial, resulta necesario conocer el desarrollo de habilidades en el fomento de la salud de estos chicos y chicas, para garantizar la orientación de rutas de acción concertadas, de forma dialógica, que sean coherentes con los deseos de los jóvenes, y ante todo, con las oportunidades que ofrece el medio, lo que posibilita la reorientación de los servicios de salud para trascender las estrategias impositivas e informacionales que llevan consigo la tradicional culpabilización de las víctimas, que ha sido resultado de un modelo de corte anglosajón, con énfasis en el plano individual, que se concentra en el cambio de comportamientos.5,6
Desde esta perspectiva integral, se requiere no solo del compromiso individual, sino también intersectorial e interdisciplinario para lograr mayores alcances en modelos y estrategias, que contribuyan a la praxis de iniciativas holístico sociales, como las de escuelas y espacios saludables, donde el accionar relacionado con la salud de los adolescentes responda a una compleja interacción entre el organismo y factores psicológicos, socioculturales, ambientales, económicos, e inclusive, fisiológicos, teniendo en cuenta los cambios que se presentan en esta etapa de la vida según los objetivos de desarrollo.3,4
Con base en lo anterior, el presente artículo se traza como objetivo establecer los estilos de vida de adolescentes escolarizados residentes en la zona urbana del municipio de Villamaría.
MÉTODOS
Estudio descriptivo transversal, realizado con adolescentes entre 10 y 15 años de edad, escolarizados en instituciones públicas y privadas del municipio de Villamaría (Caldas, Colombia). El análisis fue practicado con el total de niños matriculados en las escuelas del municipio durante el año 2013 (812). El único criterio de inclusión fue la edad y la firma del consentimiento informado. No se contemplaron criterios de exclusión.
Una vez se obtuvo la versión final del instrumento, se solicitó autorización a la alcaldía municipal, secretaría de educación e instituciones educativas para realizar su aplicación, que fue aplicado por encuestadores previamente calibrados por los investigadores, quienes, después de la firma del consentimiento informado por parte de los padres y del asentimiento de los estudiantes, procedían a presentar el estudio, explicar el objetivo y a acompañar a los participantes en el diligenciamiento del FANTÁSTICO.
Se utilizó el cuestionario FANTÁSTICO, propuesta chilena modificada —diseñada en el Departamento de Medicina Familiar de la Universidad McMaster de Canadá—. Además es una herramienta de apoyo para los profesionales en el contexto de promoción de la salud y prevención de la enfermedad, que permite identificar y medir los estilos de vida de una población en particular.7 El instrumento fue adaptado y validado para la población específica sin alterar su valoración. Para validar el instrumento se efectuó un proceso inicial a través de la técnica Delphi con expertos, y se logró su validez facial y de contenido.8 La validez facial está referida a la relevancia de los ítems de la prueba, la claridad y la comprensión del lenguaje para la redacción en cada ítem y la validez de contenido: grado en que el instrumento refleja un dominio específico del contenido de lo que se mide.9 Luego, para valorar la fiabilidad en la población estudiada (adolescentes), se aplicó el instrumento y se obtuvo un coeficiente de confiabilidad general (Alpha de Cronbach) de 0,77.
El FANTÁSTICO está compuesto originalmente por 9 dimensiones y 25 preguntas, la propuesta chilena contiene 30 preguntas que se integran en 10 dimensiones exploradas: F: familiares y amigos, A: asociatividad y actividad física, N: nutrición, T: toxicidad A: alcohol, S: sueño y estrés, T: tipo de personalidad y actividades, I: imagen interior, C: control de la salud y sexualidad, y finalmente O: orden.10,11
La adaptación realizada al instrumento presenta 3 opciones de respuesta con valor numérico de 0 a 2 para cada categoría, y se califican por medio de una escala tipo Likert, con una calificación de 0 a 120 puntos. A mayor puntaje de la dimensión, la calificación es más positiva hacia la salud; la calificación total se clasifica en rangos cualitativos así: de 0 a 46, zona de peligro “estás en zona de peligro, pero la honestidad es tu real valor”; de 47 a 72 algo bajo “podrías mejorar”; de 73 a 84 adecuado “estás bien”; de 85 a 102 “buen trabajo estás en el camino correcto” y de 103 a 120 “felicitaciones tienes un estilo de vida fantástico”.
Los datos fueron procesados y analizados en el programa SPSS versión 19.0 licenciado por la Universidad de Caldas. Se efectuó un análisis univariado y bivariado de la información para mostrar diferencias por sexo y edad en los estilos de vida. Todo el estudio se enmarcó dentro de las disposiciones vigentes para la protección de los sujetos humanos que participan en investigación, contenidas en la Resolución 8430 de 1993 del Ministerio de Salud de Colombia, y contempladas en la Declaración de Helsinki clasificando el estudio con riesgo mínimo, según el numeral b del artículo 11.12
RESULTADOS
La media de la edad fue de 12,5 años ± 1,16 años. En la tabla 1 se muestra la distribución de la población según la institución educativa, que correspondió al 100 % de las instituciones públicas y privadas del municipio estudiado, el 41,6 % de la población estudiada corresponde al sexo femenino y el 58,4 % al sexo masculino.
En la tabla 2 se pueden observar los promedios
obtenidos por cada una de las dimensiones estudiadas y la desviación estándar.
Nótese que la media más alta se registra en la dimensión tipo de
personalidad y actividades, y las más bajas en asociatividad y actividad
física y orden. La desviación estándar de las dimensiones oscila
entre 0,83 y 1,36. En términos generales se podría afirmar, conforme
con los valores de cada una de las medias, que los estilos de vida fueron bien
valorados por los participantes del estudio.
Existen diferencias por sexo y edad en cuanto al estilo de vida de los adolescentes
escolarizados estudiados, como se presenta en las tablas 3
y 4, lo que se confirma al aplicar la prueba de diferencia
de medias para muestras relacionadas (T student, p= 0,000). En cuanto al sexo,
los hombres, en general, tienen una mejor valoración de su estilo de vida
en comparación con las mujeres, resultado que es evidente en la categoría
“tienes un estilo de vida fantástico” (28,1 % en mujeres y 71,9
% en hombres). Con respecto a la edad, los adolescentes entre 13 y 15 años
en la categoría de “estás en zona de peligro y algo bajo”,
tienen los porcentajes más altos, así, los datos sugieren que, a mayor
edad se observa una variación del cambio en el estilo de vida hacia la zona
de riesgo.
DISCUSIÓN
Los estilos de vida se encuentran relacionados con la forma en que las personas actúan en su vida cotidiana, y tienen su base en los diferentes hábitos y rutinas que regulan el comportamiento. Para Pender, el estilo de vida puede considerarse como un patrón multidimensional que la persona produce a lo largo de la vida, y que se proyecta directamente en la salud,13 por lo que está asociado con aspectos psicosociales, económicos y culturales, que se pueden evidenciar en las situaciones favorables o desfavorables presentadas, ya sea, por el individuo, un grupo, una comunidad y/o por la sociedad.14 Estos estilos de vida, hacen referencia a una serie de actividades, rutinas cotidianas o hábitos, como características de alimentación, horas de sueño o descanso, consumo de alcohol, tabaco y sustancias psicoactivas, actividad física y vida sexual.14
El trabajo desarrollado mostró que los estilos de vida, en general, se pueden considerar como adecuados para los adolescentes participantes en el estudio. Sin embargo, existen muchos aspectos por trabajar en la perspectiva de su desarrollo integral, representados en las diferentes dimensiones estudiadas, datos que coinciden con lo encontrado por Cancino,15 Seignón16 y Tempesti.17
La dimensión de menor promedio fue la actividad física, dato que vale la pena analizar a la luz de lo planteado por Hidalgo y Güemes,18 quienes refieren que durante la infancia y la adolescencia es necesario un equilibrado aporte nutricional y ejercicio físico para obtener un adecuado estado de salud, un óptimo crecimiento y desarrollo físico y psicosocial, y ayudar al establecimiento de hábitos saludables que permitan prevenir problemas de salud futuros.19
En las dimensiones tipo de personalidad y actividades y nutrición, se encontraron los promedios más altos, lo que sugiere que los adolescentes estudiados se encuentran en una etapa en la que aún no han adquirido hábitos poco saludables, y es allí donde se debería intervenir, tal como lo plantean Breinbauer y Maddaleno,3 que, de igual manera en un estudio realizado en Brasil, encontraron que las condiciones de vida de los adolescentes fueron valoradas como positivas.20
El estilo de vida fue mejor valorado por los hombres que por las mujeres, confirmando lo planteado por diversos estudios que afirman que se debe prestar mayor atención a las mujeres, ya que constituyen el grupo con mayor riesgo de padecer trastornos.21,22
Las diferencias encontradas en los estilos de vida por edad, en los cuales se evidenció que a mayor edad es mayor el compromiso de los estilos de vida, confirman los datos encontrados por Tuesca,23 quien afirma que a medida que aumenta el estadio de la adolescencia se incrementan los estilos de vida poco saludables; y con lo presentado por Hernando,24 quien encontró una disminución significativa, con el aumento de la edad, en una serie de variables que conforman los estilos de vida saludables de los adolescentes estudiados.
En conclusión, los resultados indican que en la adolescencia temprana los estilos de vida se encuentran en un nivel adecuado, y existe la necesidad de intervenir oportuna e intersectorialmente sobre los factores protectores presentes entre los adolescentes en la etapa temprana, como estrategia para fomentar comportamientos saludables en cada contexto, teniendo en cuenta las posibilidades y desarrollos sociales, culturales y económicos, no solo de cada país, sino también de cada región. Los hallazgos también sugieren que se hace necesario diferenciar las intervenciones, ya que las necesidades son diferentes según el sexo y la edad.
Agradecimientos
Al Centro de Estudios de Salud y Bienestar Humano (CESBH) de la Universidad de La Habana, al Comité de Expertos y a la Facultad de Ciencias para la Salud de la Universidad de Caldas, por su inestimable colaboración en la confección de este trabajo.
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Recibido:
21 de abril de 2015.
Aprobado: 21 de mayo de 2015.
Consuelo Vélez Álvarez. Universidad de Caldas. Facultad de Ciencias para la Salud, Departamento de Salud Pública. Carrera 25 # 48-57, Manizales. Caldas, Colombia. Correo electrónico: consuelo.velez@ucaldas.edu.co
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